La actual situación nos obliga a estar de manera continúa defendiendo los derechos laborales
Los trabajadores y trabajadoras nos encontramos este primero de mayo ante una situación inédita: una pandemia que amenaza nuestra salud y que nos impide salir a las calles a manifestarnos a favor de nuestros derechos.
En este contexto, hay quienes aprovechan su poder y privilegios para que los trabajadores sean el eslabón mas débil de la sociedad y paguen las peores consecuencias de la crisis económica y social generada por la pandemia.
Aprovechan la situación para eliminar derechos conseguidos por la lucha permanente de muchas personas, se alían con las fuerzas políticas más depredadoras que solo les Interesa un falso patriotismo. Se consideran capaces de minar el trabajo de un gobierno que con aciertos, errores y torpezas, pero con la mejor intención, defienden una salida justa y el mantenimiento del máximo de los derechos de las personas trabajadoras.
El panorama laboral está cambiando a marchas forzadas y nos pone en escenarios poco frecuentados, como es el caso del teletrabajo que se ha utilizado como la panacea en momentos de confinamiento, pero que al tiempo es una posibilidad de dividir la cohesión laboral. Esta situación nos obliga a pensar de manera apresurada en un cambio de modelo productivo por razones de rentabilidad económica. Lo que ayer era el motor de la recuperación, hoy se ha convertido en una rémora de difícil manejo.
Y en medio de esta situación tenemos que diseñar los nuevos modos de defender el trabajo y una salida justa de esta crisis, que siendo sanitaria y económica, es humana y colectiva y que requiere de cambios en los mecanismos de defensa de los derechos laborales y la lucha contra precariedad y el abuso de las empresas, que aprovecha el río revuelto para que sigan ganando los patrones de la pesca, mientras que los pescadores y pescadoras debemos seguir con una lucha permanente.
En Andalucía especialmente necesitamos mantener la presión laboral, porque no contamos con apoyos gubernamentales a la vista de lo acontecido en los últimos meses. Debemos y podemos hacer un esfuerzo redoblado para que la reconstrucción pase por una defensa de un modelo productivo más sostenible y con más derechos para las personas frente a la presión del poder financiero que busca su propio beneficio por encima de los derechos de las personas.
POR UN PRIMERO DE MAYO PERMANENTE.
¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO!