Denunciamos la desfachatez de un gobierno que un día declara que la escuela es más segura que la calle y cinco días después se prepara para cerrar los centros docentes por los contagios
Entre «la escuela es más segura que la calle« y esta declaración del portavoz del gobierno andaluz solo han pasado seis días. Un nuevo ejemplo de la desfachatez y el desprecio que tienen por las andaluzas y los andaluces los responsables del Gobierno Andaluz , el Consejero de Educación y Deportes Sr. Javier Imbroda y el Presidente de la Junta de Andalucía Sr. Juan Manuel Moreno.
No cabe mayor descoordinación y más mala gestión cuando no han sido capaces de controlar una situación que cualquier persona sabía que podía ocurrir. Lo que no era previsible es que ocurriera en tan poco tiempo y eso solo puede tener una explicación, la soberbia y la petulancia de los miembros del gobierno.
No han escuchado a nadie y no será porque no se le ha dicho por activa y por pasiva. La ratio no se podía bajar, la enseñanza será presencial o no, las medidas de seguridad sanitaria están todas tomadas, los niños y las niñas guardarán las distancias de seguridad, miles de litros de gel y millones de mascarillas, la coordinación con los centros de salud está lista, cuando estos están a tope, el escaso profesorado de apoyo no ha llegado aún a los centros, las clases se retrasan de facto una semana a base de una circular de última hora.
Diálogo de besugos con las asociaciones que representan a las familias y con los sindicatos que aún están tratando de conseguir un mayor número de profesores y profesoras para bajar la ratio. Los ayuntamientos ninguneados por una administración distante y exigente. Mientras se eliminan unidades públicas se autorizan unidades concertadas. Desprecio por las declaraciones del profesorado y de los equipos directivos y por las propuestas de organización diferentes.
El esfuerzo inmenso de un profesorado que no ha dudado en hacer lo posible y lo imposible para que los centros estén listos en el día previsto, la dedicación responsable de las familias que a pesar del miedo y la angustia por un proceso desconocido se han mostrado ilusionadas y, al tiempo, preocupadas por la imcompresión de la administración que ha intentado amedrentarlas con la amenaza de judicializar las decisiones responsables aunque difíciles.
Una administración que no genera confianza y que solo se le ocurre pedir fe e ilusión ante una situación a todas luces imposible de gobernar y, sobre todo, que ha decidido algo un día y lo ha cambiado tres días después.
Llegaron al mes de septiembre sin hacer los deberes y a pesar de que se les sugirió un aplazamiento para tener tiempo con la intención de mejorar la situación nos ha llevado al momento actual donde se «agilizan los trámites ante una eventual restricción de movilidad o cierre de centros«, lamentable situación que requiere de responsabilidades políticas. El Consejero de Educación y Deportes debe dimitir y en caso de que no lo haga debe ser cesado por el Presidente de la Junta.
La salud y la educación lo exigen. Su gestión nos ha llevado a esta situación.