Blas Infante, el hombre bueno que amaba Andalucía porque amaba a la humanidad, la persona que, en una gesta luminosa ante la incomprensión de la mayoría de las fuerzas políticas de su tiempo, reivindicó el orgullo de Andalucía para que dejáramos de ser una tierra oprimida y empobrecida. El político asesinado por el odio y la inhumanidad de los fascistas, sigue vivo como un ideal para unir a Andalucía en la libertad, la igualdad, la solidaridad y la sostenibilidad, por eso ese partido, que es la reencarnación del franquismo, quiere asesinarlo de nuevo.
Vox, al igual que el resto de la ultraderecha europea e internacional, busca romper los consensos fundamentales que anclan nuestra convivencia porque su proyecto es un proyecto de enfrentamiento para que gane el más fuerte a costa de oprimir a los colectivos sociales más vulnerables. Por eso, son los enemigos de la pluralidad, de la autonomía y de la democracia. Quieren la vuelta a un poder dictatorial, centralista y uniforme ejercido por los que tienen una posición de privilegio.
Blas Infante fue exactamente el reverso de esos contravalores. Luchó por una sociedad basada en el respeto a la diferencia sobre la base de la igualdad. La oligarquía había construido una idea de España en torno a la unidad étnica y religiosa. Frente a esta ideología, incompatible con la democracia, Blas Infante reivindicó una sociedad inclusiva, sin distinción de creencias ni de razas, desde la pluralidad cultural y territorial, unida por la democracia y la igualdad.
Hasta ahora nadie había cuestionado su papel como precursor del andalucismo y autor de sus símbolos: la bandera, el himno y el escudo. El consenso en torno al reconocimiento de Blas Infante como precursor de la Autonomía andaluza era unánime. En 1983 el Parlamento andaluz, le denominó «padre de la patria andaluza», título que también refrendó el Congreso de los Diputados en 2002 y que ha recogido el Preámbulo del Estatuto tras su reforma.
El problema del cuestionamiento de este consenso básico para la convivencia en Andalucía y en España, es que el gobierno de coalición entre el PP y Ciudadanos que gobierna la Junta de Andalucía, lo hace con el apoyo parlamentario de los que insultan a Blas Infante. PP y Ciudadanos no pueden pretender poder gobernar gracias a los votos de Vox y obviar que esos votos son los que quieren acabar con la autonomía andaluza. Cuando Vox acomete el linchamiento político de Blas Infante y los dirigentes del PP y Ciudadanos miran hacia otro lado, es ridículo pensar que eso no va a tener consecuencias para toda Andalucía.
Iniciativa del Pueblo Andaluz no sólo honra la memoria de Blas Infante, sino que recoge su testigo para luchar contra la desigualdad, la pobreza y la injusticia. Si ayer el objetivo fue la lucha por la Autonomía, hoy la lucha es la reivindicación por comenzar la transición ecológica para situar a Andalucía plenamente en el siglo XXI y salir de nuestra situación de dependencia económica, teniendo como eje central la revolución de las energías renovables, que implica soberanía energética (autoabastecimiento), lucha contra el cambio climático e innovación tecnológica.
Este año, cuando se van a cumplir 83 años de su asesinato, Blas Infante sigue vivo como ejemplo de compromiso con Andalucía y con la humanidad. Desde Iniciativa hacemos un llamamiento para honrar su memoria el 10 de agosto, en el monumento que recuerda su cobarde asesinato perpetrado por un grupo de falangistas a las órdenes deQueipo de Llano, cuando Blas Infante estaba, a sus 51 años, en plena madurez intelectual, porque su obra y los símbolos que nos legó son una poderosa fuerza de unión para que el Pueblo Andaluz siga avanzando.